lunes, 2 de abril de 2012

Fragmento de "Un día en la huelga"

Joe Kelso está haciendo un featuring con Vanity Dust, el señor PitBull intentó acoplarse pero le dimos una buena tunda a tiempo. En fin, este es un cachito de lo que estamos perpetrando, ahí va:

***

El arte del siglo XX apoyando la huelga general del 29M



Tuiteamos chorradas sin parar. ¡Oh siglo XXI, hemos jurado mentir todo lo que podamos sobre lo que vemos! Quitarle todo el drama el asunto, toda la chicha. El señor Vanity y yo decidimos que ya es hora de ir al American Apparel a ver cómo cojones están lidiando con la huelga, cómo leches están bregando con toda esta campaña de marketing de los sindicatos. La huelga del 29-M puede ser el mejor anuncio de la historia, la mejor experiencia. Durante rato fantaseamos con la idea de que en FNAC –que ese mismo día hacía un descuento especial del 15% para sus socios, solo durante el 29 de Marzo– se puedan comprar packs para vivir la experiencia del huelguista, del piquete, del esquirol, del Mosso, del encapuchado, del fotógrafo, del yayoflauta, de la adolescente con el cráneo medio rapado, del padre de familia que arrastra a su prole con pegatinas de UGT y CCOO por los lugares más insospechados de su vestuario. Que puedas pagar –no sé, ¿40? ¿50? ¿100? euros– por tenerlo todo dispuesto para formar equipo con otros idiotas como tú y vivir en primera persona la experiencia de un día en el apocalipsis final del sistema capitalista. Todo una ficción, claro, una puta obra de teatro como la que nos parece Barcelona a las once y media de la mañana. Un decorado de cartón piedra propio de Port Aventura. 

Deambulamos por la zona de la Catedral, hemos decidido marchar hacía el Born para ver cómo la huelga está haciendo estragos en el turismo, cómo hay pintadas en la Iglesia de Santa María del Mar, como se forma una cadena humana de centenares de personas alrededor de la Catedral de Barcelona para impedir el acceso al recinto. Sin embargo, al llegar a la plaza despertamos del sueño y nos damos cuenta de que no es más que otro domingo soleado en Barnatown, los grupos de turistas siguen a su guía como patitos feos, el guitarrista de las escaleras del templo continua con su concierto especial de guitarra clásica –muy bueno, por cierto. Cruzamos despavoridos por nuestro viaje espaciotemporal y movemos el culo hasta la vía Laietana. El tráfico está cortado, un Audi pequeñín sale completamente follado del párking Saba de la Catedral, aparece un coche de la guardia urbana; esperamos una persecución, unas sirenas, esperamos algo. Al fondo, en el Mercat de Santa Caterina, una horda de manifestantes de la CGT se dirige hacia nuestra zona. Vamos a su encuentro esperando un poco más de acción de la vista hasta ahora. Nos paramos relativamente cerca de su campo gravitacional y vemos como lentamente avanzan marchando hacia plaza Urquinaona. El señor Vanity y yo nos miramos un poco desconcertados.

— Parece que las drogas están comenzando a hacer efecto, Vanity.

— ¿Qué drogas? ¿De qué drogas hablas, Kelso?

— ¿No hemos tomado nada?

— Sólo te preparé café.

— Perdona Vanity, suele pasar que me hago ilusiones con todo. Estaba muy emocionado con esto.

Entonces oímos música. Suena heavy o post-punk o lo que sea fuera aquello. A mí me recordaba a Barricada. Miramos hacia el fondo marino de Vía Laitana y un camión con unos altavoces diabólicos remonta el curso en dirección montaña. Son apenas una veintena de puretillas de la CGT que caminan cerca del trasto andante-musical muy serios, muy profesionales. Sin duda estamos cerca del origen de algo. Bajamos hasta llegar al inicio del carrer Princesa, al lado del edificio de UGT y allí giramos dirección rambla del Born. Un mendigo extranjero nos pide una limosna y le esquivamos. Luego le gritamos ESQUIROL desde lejos, el pobre diablo ni nos escucha. Cerca ya de la iglesia del Mar empezamos a sospechar que la Huelga no ha llegado hasta la zona. Es eso o que hemos vuelto a viajar en el espaciotiempo hacia el domingo idílico soleado que nos asaltó al pie de la Catedral. ¿Debe ser el terreno sagrado? ¿Deben ser las zonas de interés turístico? Algo pasa cada vez que estamos cerca de un museo o de un monumento. La huelga se diluye, desaparece, se va. Los comercios de Souvenirs abren las persianas un 110%. Como si hoy las abriesen mucho más de lo que lo harían un día normal.

— Algo va mal, Joe Kelso.

— Algo no funciona, Vanity Dust.

2 comentarios:

  1. De momento, muy por debajo del nivel alcanzado por Anónimo, buenote. Te lo perdonamos, suponemos que no has pinchao este finde en fresy malasaña tupperware shit, y eso daña el ingenio.

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    1. Esa mente preclara en formato Anónimo... Ah, cuantas enfermedades no se están curando por dedicaros todos a comentar en blogs. Marchad, marchad, el mundo será un lugar mejor cuando os pongáis a salvar vidas mediante el ingenio que os empapa...

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Gracias por comentar.