Bien, amigos, esta teoría viene a intentar explicar cómo se triunfa en el mundo de la cultura-soft[1], desde un blog personal propio, hasta llegar a las páginas de una revista de tendencias y vivir del momio hasta que la próxima generación te consolide en la élite a base de insultos y obras artísticas. En realidad, es una teoría que se me ha ocurrido en el antepenúltimo semáforo de antes de llegar a casa y por ese motivo pienso que roza la verdad irrenunciable con mayúsculas.
El triángulo está compuesto por la terna mágica: mujer-joven-provocación, que en nuestra etapa actual de la historia del universo viene a estar representada por el personaje de Lady Gaga. Como vemos, la palabra mujer se encuentra en la cúspide de la pirámide condicionando así a las otras dos entidades. Entiéndase que combinando cualquiera de las dos puntas se puede obtener un resultado similar al éxito, pero si cumples con los tres valores estás rozando de pleno las estrellas (ouh yeah). Y ahora pasemos a describir como se merece los puntos capitales de esta teoría demencial:
1.-Mujer: Presencia de tetas es el epígrafe utilizado para esquematizar injustamente este arquetipo del éxito. Pero todos sabemos que lo esencial para que una mujer tenga éxito son las tetas. Las tetas siempre es un +1 que se añade a sus cualidades en la redacción de entradas de blog poético-filosóficas, en la fotografía en diagonal de réflex para lerdos o en su intento por cantar una tonadilla en inglés con un guitarra española y un vestido de segunda mano de su abuela. La teoría nos indica que es la presencia de unas tetas tamaño familiar o Big Mac lo que nos ayudan a conseguir el éxito, sin embargo, como vemos en Lady Gaga –y otras petardas de la cultura-soft–, es la muestra sugerente de las mismas la que consigue el objetivo de mantenernos un minuto más en un blog tratando de conectar intelectualmente con dos pezones.
2.- Joven: La juventud ya no es una cifra de años sino de hijos. Eres joven si tienes una cifra igual o inferior a cero vástagos. Durante los últimos años he ido defendiendo la idea de que la veintena se está alargando hasta los cuarenta años, no obstante, ahora creo firmemente que la juventud y el “ser la hostia” se define por tu descendencia o tu incapacidad para ser una figura parental respetable en su guardería/colegio. Si eres ese tipo de joven, entonces tienes las puertas abiertas para entrar en cuantas antologías, artículos o publicaciones modernas se atrevan a señalarte como el nuevo patrón a seguir; el jovencito/a dispuesto a demostrarnos que el ser joven no es una condición al alcance de cualquier memo que carezca de pelos en el pubis, sino que es una forma de echarle morro y enfrentarse a las facturas.
3.- Provocación: Durante años, la originalidad –tanto de fondo, como de forma– ha sido un factor clave para tener éxito en el mundo de las artes y las letras, en la actualidad, cualquier tonto como tú puede tener un blog y tratar de disparar diarrea contra todo lo que le rodea. ¿Se trata de tener razón? No. Se trata de tener discurso. Da igual si dices que hay que matar de una vez por todas al conjunto de los catalanes o que tienes la fórmula milagrosa transformar a los homosexuales en personas de bien, lo que hay que hacer es decirlo con gracia y desparpajo pero con una tremenda melancolía furiosa y adolescente como ruido de fondo. Porque al final, el concepto clave de la provocación no es lo que se diga sino el ruido que provoques al decirlo. Y si no te entienden, mejor. Una variante patética de la misma consiste en relatar punto por punto como has salido de fiesta, te has metido coca y has hablado de gilipolleces con otros colegas como tú.
- El efecto Russian Red (Mujer – Juventud): Viene a describir a ese tipo de muchachita con cara de no haber roto nunca un pene. Tienen la virtud principal de querer ser folladas y odiadas a partes iguales tanto por energúmenos de su edad como mucho más mayores. Sus incursiones en la cultura-soft suelen ser bastante insistentes aunque de un calado más bien escaso. Terminan engullidas en grandes corporaciones al servicio del director general / fundador / presidente de las mismas y dejando a su novio por un tarado militante del PP. Se pintan los morros de rojo pasión, por supuesto, color Russian Red.
- El efecto Aída Nízar (Mujer – Provocación): Son mujeres, pero ya no son jóvenes, es decir, tienen bocas que alimentar y no se están para hostias. Curiosamente, Aída Nízar solo se alimenta a si misma por lo que viene a joder mi teoría de la juventud, pero me da pereza retocar el gráfico y poner Lucía Etxebarría, así que con esto tiramos. Suele tratar de liarla parda con cada aparición pública que hacen y llamar machista intolerante a la primera persona que le pida educadamente que se meta la lengua en el culo y se calle. Hasta aquí, Pilar Rahola es una maestra de la disciplina. Provocar es el único plan que tienen en mente para poder ir colocándose en cuantos medios tenga a bien rescatarlas del anonimato y del recuerdo de haber sido una joven mujer provocativa de éxito en el pasado.
- El efecto Ramoncín (juventud – provocación): En youtube puede verse la primera aparición televisiva del amigo del punk-rock, Ramoncín, en la que con veintidós años se planta en la televisión nacional con un rombo pintado en el jeto. Obviamente, vanidad es su segundo nombre. Hablo en masculino para darme un respiro puesto que la mayoría de pelagatos menores de cuarenta años con vocaciones artísticas necesitan ser l’enfant terrible de su grupo de contactos en Facebook, yo mismo soy uno de esos gilipollas ¿qué os pensáis? ¿Que Underbrain Mgz me va a lanzar a la fama por mis tetas? Igualmente actualizar su estado cada cinco minutos con burdas elocuencias es uno de sus pobres modus operandi, otro de ellos, escribir en un blog sus planes para dominar el mundo o, en su defecto, intentar echar un polvo. Cabe añadir que si tu actitud provocativa no va acorde con tu manera de vestir, puedes acabar transformado en un niño-señor en cero coma cero-un segundos.
Llegados a este punto la definición de alguien que cumple a rajatabla con el complejo Lady Gaga Cultural se me antoja tremendamente explosiva, tanto que la suma de los conceptos y la combinación de los mismos podrían provocar una paradoja espacio-temporal que colapsaría el fluir del ser y de la nada. Cuando un fenómeno de la naturaleza de este tipo emerge desde el mismísimo coño de Dios –Dios es mujer, joven y provocadora, ineptos– la sociedad de su tiempo está condenada a cambiar su paradigma vital y acomplejarse hasta que pase la marabunta.
Todos sabemos que existen, les hemos visto, les hemos leído y les hemos puesto un Me Gusta en Facebook o les hemos retuiteado. Todos, al fin y al cabo, somos responsables de su existencia y de su manutención. Y de su ira, cuando la sufren. No les abandones como si fuesen la novela hipster más famosa del año pasado, no le lances al vacío como una polaroid mal revelada, pues ellos/as nunca lo harían, porque son conocedores del necesario faro cultural que representan, del motor artístico que hace avanzar los movimientos estéticos y les debemos un amén. Les debemos una disculpa.
[1] La cultura-soft es un término que he inventado mientras escribía esto y que viene a definir ese tipo de acción cultural que se realiza con una enjundia artística similar a una paja mental pero que goza del respeto y la admiración de una serie de zombies culturales hambrientos de referentes pop.
Dime lo que tomas, yo quiero de eso
ResponderEliminar